Una realidad crítica del Comedor B° Virgen de la Merced

En un contexto cada vez más crítico para las familias de la comunidad, Virginia, vecina y trabajadora social del comedor comunitario B° Virgen de la Merced , compartió la situación precaria y el compromiso de quienes día a día luchan por atender a los más vulnerables.

“Este comedor alberga 120 niños, pero en realidad vienen muchas más personas”, explicó la vecina. “Les damos la vianda a las familias, así que en realidad estamos ayudando a toda la comunidad, pero la situación es muy difícil”, añadió con tristeza en su voz.

Virginia manifestó que en cada hogar de la comunidad se nota el impacto de la crisis: separaciones, enfermedades, niños huérfanos y familias que han perdido a sus seres queridos. “Vemos todo eso, y nos duele mucho, pero seguimos de pie trabajando con amor y corazón”, afirmó.

La responsable del comedor no escondió la preocupación por la falta de apoyo del Estado. “El gobierno se olvidó de los comedores. Hace meses que no llega la ayuda necesaria, hicimos nota y hasta ahora no tenemos respuesta. Estamos atrasados con los proveedores y muchas veces debiendo pagarles”, detalló.

El comedor funciona de lunes a viernes para atender a niños en situación de vulnerabilidad. Virginia agradece la ayuda de los feriantes que colaboran con verduras y donaciones, además por su parte el grupo del merendero colabora en ventas en el trueque para sostener la labor, alquileres de mesas y sillas.

“Pedimos también donaciones de leña para poder cocinar y seguir ayudando a los niños”, dijo con fe y esperanza. “Dios nos bendice doblemente por hacer estas cosas de corazón, y seguir viendo a los niños que tanto nos necesitan”, agregó.

A pesar de que muchos comedores en la zona han tenido que cerrar por la falta de recursos, la comunidad de la Virgen de la Merced continúa luchando y manteniendo viva esta obra de amor y solidaridad. “Seguimos de pie y trabajando porque sabemos que cada niño que atendemos es un mundo que necesita ayuda”, concluyó Virginia.