El padre Vilte se despide de la comunidad de Libertador

Este año, el movimiento parroquial está atravesado por el derecho canónico y la obediencia a las decisiones del obispo, quien, como nuestros pastores, es instrumento de la voluntad de Dios. Así lo expresó el padre Ernesto Vilte, quien, tras dieciséis años al frente de la ahora Parroquia Señor y Virgen del Milagro, anunció una nueva etapa para la comunidad.

"Siempre hemos creído que Dios se va a manifestar a través de las decisiones del obispo, y ha llegado el momento de acoger un cambio. Son dieciséis años compartidos con esta hermosa comunidad, que ya creció de ser una simple vicaría a convertirse en parroquia", manifestó emocionado el párroco.

Durante este tiempo, la construcción –no solo material sino también espiritual– se gestó con la entrega de toda la comunidad. Las instalaciones nacieron y crecieron gracias al esfuerzo incesante: los aportes de las familias que celebran sacramentos, las donaciones mensuales de quienes colaboran voluntariamente y el compromiso colectivo de quienes buscan un espacio para catequesis y reuniones. "No se trata solo de levantar paredes, sino de edificar el Reino junto a los hermanos. La parroquia es, ante todo, un hogar abierto a la tarea pastoral y al encuentro comunitario", reflexionó el padre Vilte.

La comunidad ha sido, en palabras del Padre René, una verdadera familia: "Para el padre Marcelo Yucra, que asumirá la guía pastoral, será un regalo encontrarse con una parroquia viva, dispuesta a caminar con su pastor y a acompañar en todo momento. También, con la generosidad de perdonar los errores que uno puede cometer, porque aquí la fraternidad es vivida y sostenida día a día".

La Parroquia Señor y Virgen del Milagro inicia así una nueva etapa, con la llegada de un nuevo párroco Marcelo, para seguir creciendo, sirviendo y construyendo comunidad desde el Evangelio.